lunes, 16 de enero de 2012

ELSA MARINA CAMARGO

UIS, Lingüística III, 2011

Índice:

1. Introducción

2. LECTURA. "La muerte tiene permiso", cuento de Edmundo Valadés

3. Tipo de texto

4. Macroreglas

5. Acciones principales, metas

6. Funciones de la repetición

7. Macro estructura, Superestructura

8. Inferencias

9. Categorías de los personajes

10. Nivel gramatical.

11. Figuras retóricas.

12. Diálogos y descripciones

“LA MUERTE TIENE PERMISO”

Edmundo Valadés (México), La muerte tiene permiso (1959) México, D.F: Fondo de Cultura Económica.

1. Introducción

Tema: La variación lingüística y el análisis del discurso desde una perspectiva política y coloquial mexicana.

Objetivo: Por medio de la lectura del cuento “La muerte tiene permiso” de Edmundo Valadés se realizará un análisis de la variación lingüística que allí se presenta y se intentará hacer una aproximación a la explicación de la variante cuya ocurrencia se debe a la aplicación de normas diatópicas, diastráticas o diafásicas presentes en el relato, teniendo en cuenta aspectos como la gramática y el léxico empleado en la obra.

La obra “La muerte tiene permiso” muestra una conversación que sostiene un grupo de campesinos con unos políticos, en la cual hablan sobre las tierras y los problemas que han tenido, en este texto se evidencia claramente la variedad lexical que caracteriza una zona agraria de México.

Además se mostrará la importancia de la lingüística para el análisis de textos y el cómo es posible acercarse al entendimiento literario de los mismos por medio del lenguaje, empleado las figuras que allí se presentan y la cohesión y coherencia con que cuenta el relato mexicano.

Valadés escribió esos textos en los años cuarenta y cincuenta. En esos tiempos, México vive una situación socio histórica que es producto del proceso de consolidación de la Revolución Mexicana y de la Reforma Agraria, principalmente. “La muerte tiene permiso” trata del problema que vive una comunidad de campesinos bajo el yugo -cacicazgo- del presidente municipal, y de la resolución de hacer justicia por su propia mano. Razón por la cual recurren a las autoridades para pedir el permiso correspondiente.

El texto asume un tono realista y denuncia la situación de los campesinos. El texto permite también que los campesinos tomen la voz para expresar sus propias ideas y hacer oír sus reclamos ante quien quiera escucharlos. En este artículo nos acercaremos a esta microficción con el fin de revisar el esquema estructural que maneja y los elementos que se presentan en términos de denuncia y justicia social.[1]

2. LECTURA. "La muerte tiene permiso", cuento de Edmundo Valadés

LA MUERTE TIENE PERMISO

Sobre el estrado, los ingenieros conversan, ríen. Se golpean unos a otros con bromas incisivas. Sueltan chistes gruesos cuyo clímax es siempre áspero. Poco a poco su atención se concentra en el auditorio. Dejan de recordar la última juerga, las intimidades de la muchacha que debutó en la casa de recreo a la que son asiduos. El tema de su charla son ahora esos hombres, ejidatarios congregados en una asamblea y que están ahí abajo, frente a ellos.

-Sí, debemos redimirlos. Hay que incorporarlos a nuestra civilización, limpiándolos por fuera y enseñándolos a ser sucios por dentro...

-Es usted un escéptico, ingeniero. Además, pone usted en tela de juicio nuestros esfuerzos, los de la Revolución.

-¡Bah! Todo es inútil. Estos jijos son irredimibles. Están podridos en alcohol, en ignorancia. De nada ha servido repartirles tierras.

-Usted es un superficial, un derrotista, compañero. Nosotros tenemos la culpa. Les hemos dado las tierras, ¿y qué? Estamos ya muy satisfechos. Y el crédito, los abonos, una nueva técnica agrícola, maquinaria, ¿van a inventar ellos todo eso?

El presidente, mientras se atusa los enhiestos bigotes, acariciada asta por la que iza sus dedos con fruición, observa tras sus gafas, inmune al floreteo de los ingenieros. Cuando el olor animal, terrestre, picante, de quienes se acomodan en las bancas, cosquillea su olfato, saca un paliacate y se suena las narices ruidosamente. Él también fue hombre del campo. Pero hace ya mucho tiempo. Ahora, de aquello, la ciudad y su posición sólo le han dejado el pañuelo y la rugosidad de sus manos.

Los de abajo se sientan con solemnidad, con el recogimiento del hombre campesino que penetra en un recinto cerrado: la asamblea o el templo. Hablan parcamente y las palabras que cambian dicen de cosechas, de lluvias, de animales, de créditos. Muchos llevan sus itacates al hombro, cartucheras para combatir el hambre. Algunos fuman, sosegadamente, sin prisa, con los cigarrillos como si les hubieran crecido en la propia mano.

Otros, de pie, recargados en los muros laterales, con los brazos cruzados sobre el pecho, hacen una tranquila guardia.

El presidente agita la campanilla y su retintín diluye los murmullos. Primero empiezan los ingenieros. Hablan de los problemas agrarios, de la necesidad de incrementar la producción, de mejorar los cultivos. Prometen ayuda a los ejidatarios, los estimulan a plantear sus necesidades.

-Queremos ayudarlos, pueden confiar en nosotros.

Ahora, el turno es para los de abajo. El presidente los invita a exponer sus asuntos. Una mano se alza, tímida. Otras la siguen. Van hablando de sus cosas: el agua, el cacique, el crédito, la escuela. Unos son directos, precisos; otros se enredan, no atinan a expresarse. Se rascan la cabeza y vuelven el rostro a buscar lo que iban a decir, como si la idea se les hubiera escondido en algún rincón, en los ojos de un compañero o arriba, donde cuelga un candil.

Allí, en un grupo, hay cuchicheos. Son todos del mismo pueblo. Les preocupa algo grave. Se consultan unos a otros: consideran quién es el que debe tomar la palabra.

-Yo crio que Jilipe: sabe mucho...

-Ora, , Juan, hablaste aquella vez...

No hay unanimidad. Los aludidos esperan ser empujados. Un viejo, quizá el patriarca, decide:

-Pos que le toque a Sacramento...

Sacramento espera.

-Ándale, levanta la mano...

La mano se alza, pero no la ve el presidente. Otras son más visibles y ganan el turno. Sacramento escudriña al viejo. Uno, muy joven, levanta la suya, bien alta. Sobre el bosque de hirsutas cabezas pueden verse los cinco dedos morenos, terrosos. La mano es descubierta por el presidente. La palabra está concedida.

-Órale, párate.

La mano baja cuando Sacramento se pone en pie. Trata de hallarle sitio al sombrero. El sombrero se transforma en un ancho estorbo, crece, no cabe en ningún lado. Sacramento se queda con él en las manos. En la mesa hay señales de impaciencia. La voz del presidente salta, autoritaria, conminativa:

-A ver ése que pidió la palabra, lo estamos esperando.

Sacramento prende sus ojos en el ingeniero que se halla a un extremo de la mesa. Parece que sólo va a dirigirse a él; que los demás han desaparecido y han quedado únicamente ellos dos en la sala.

-Quiero hablar por los de San Juan de las Manzanas. Traímos una queja contra el Presidente Municipal, que nos hace mucha guerra y ya no lo aguantamos. Primero les quitó sus tierritas a Felipe Pérez y a Juan Hernández, porque colindaban con las suyas. Telegrafiamos a México y ni nos contestaron. Hablamos los de la congregación y pensamos que era bueno ir al Agrario, pa la restitución. Pos de nada valieron las vueltas ni los papeles, que las tierritas se le quedaron al Presidente Municipal.

Sacramento habla sin que se alteren sus facciones. Pudiera creerse que reza una vieja oración, de la que sabe muy bien el principio y el fin.

-Pos nada, que como nos vio con rencor, nos acusó quesque por revoltosos. Que parecía que nosotros le habíamos quitado sus tierras. Se nos vino entonces con eso de las cuentas; lo de los préstamos, siñor, que dizque andábamos atrasados. Y el agente era de su mal parecer, que teníamos que pagar hartos intereses. Crescencio, el que vive por la loma, por ai donde está el aguaje y que le intelige a eso de los números, pos hizo las cuentas y no era verdá: nos querían cobrar de más. Pero el Presidente Municipal trajo unos señores de México, que con muchos poderes y que si no pagábamos nos quitaban las tierras. Pos como quien dice, nos cobró a la fuerza lo que no debíamos...

Sacramento habla sin énfasis, sin pausas premeditadas. Es como si estuviera arando la tierra. Sus palabras caen como granos, al sembrar.

-Pos luego lo de m'ijo, siñor. Se encorajinó el muchacho. Si viera usté que a mí me dio mala idea. Yo lo quise detener. Había tomado y se le enturbió la cabeza. De nada me valió mi respeto. Se fue a buscar al Presidente Municipal, pa reclamarle... Lo mataron a la mala, que dizque se andaba robando una vaca del Presidente Municipal. Me lo devolvieron difunto, con la cara destrozada...

La nuez de la garganta de Sacramento ha temblado. Sólo eso. Ël continúa de pie, como un árbol que ha afianzado sus raíces. Nada más. Todavía clava su mirada en el ingeniero, el mismo que se halla al extremo de la mesa.

-Luego, lo del agua. Como hay poca, porque hubo malas lluvias, el Presidente Municipal cerró el canal. Y como se iban a secar las milpas y la congregación iba a pasar mal año, fuimos a buscarlo; que nos diera tantita agua, siñor, pa nuestras siembras. Y nos atendió con malas razones, que por nada se amuina con nosotros. No se bajó de su mula, pa perjudicarnos...

Una mano jala el brazo de Sacramento. Uno de sus compañeros le indica algo. La voz de Sacramento es lo único que resuena en el recinto.

-Si todo esto fuera poco, que lo del agua, gracias a la Virgencita, hubo más lluvias y medio salvamos las cosechas, está lo del sábado. Salió el Presidente Municipal con los suyos, que son gente mala y nos robaron dos muchachas: a Lupita, la que se iba a casar con Herminio, y a la hija de Crescencio. Como nos tomaron desprevenidos, que andábamos en la faena, no pudimos evitarlo. Se las llevaron a fuerza al monte y ai las dejaron tiradas. Cuando regresaron las muchachas, en muy malas condiciones, porque hasta de golpes les dieron, ni siquiera tuvimos que preguntar nada. Y se alborotó la gente de a deveras, que ya nos cansamos de estar a merced de tan mala autoridad.

Por primera vez, la voz de Sacramento vibró. En ella latió una amenaza, un odio, una decisión ominosa.

-Y como nadie nos hace caso, que a todas las autoridades hemos visto y pos no sabemos dónde andará la justicia, queremos tomar aquí providencias. A ustedes -y Sacramento recorrió ahora a cada ingeniero con la mirada y la detuvo ante quien presidía-, que nos prometen ayudarnos, les pedimos su gracia para castigar al Presidente Municipal de San Juan de las Manzanas. Solicitamos su venia para hacernos justicia por nuestra propia mano...

Todos los ojos auscultan a los que están en el estrado. El presidente y los ingenieros, mudos, se miran entre sí. Discuten al fin.

-Es absurdo, no podemos sancionar esta inconcebible petición.

-No, compañero, no es absurda. Absurdo sería dejar este asunto en manos de quienes no han hecho nada, de quienes han desoído esas voces. Sería cobardía esperar a que nuestra justicia hiciera justicia, ellos ya no creerán nunca más en nosotros. Prefiero solidarizarme con estos hombres, con su justicia primitiva, pero justicia al fin; asumir con ellos la responsabilidad que me toque. Por , no nos queda sino concederles lo que piden.

-Pero somos civilizados, tenemos instituciones; no podemos hacerlas a un lado.

-Sería justificar la barbarie, los actos fuera de la ley.

-¿Y qué peores actos fuera de la ley que los que ellos denuncian? Si a nosotros nos hubieran ofendido como los han ofendido a ellos; si a nosotros nos hubieran causado menos daños que los que les han hecho padecer, ya hubiéramos matado, ya hubiéramos olvidado una justicia que no interviene. Yo exijo que se someta a votación la propuesta.

-Yo pienso como usted, compañero.

-Pero estos tipos son muy ladinos, habría que averiguar la verdad. Además, no tenemos autoridad para conceder una petición como ésta.

Ahora interviene el presidente. Surge en él el hombre del campo. Su voz es inapelable.

-Será la asamblea la que decida. Yo asumo la responsabilidad.

Se dirige al auditorio. Su voz es una voz campesina, la misma voz que debe haber hablado allá en el monte, confundida con la tierra, con los suyos.

Se pone a votación la proposición de los compañeros de San Juan de las Manzanas. Los que estén de acuerdo en que se les dé permiso para matar al Presidente Municipal, que levanten la mano...

Todos los brazos se tienden a lo alto. También las de los ingenieros. No hay una sola mano que no esté arriba, categóricamente aprobando. Cada dedo señala la muerte inmediata, directa.

-La asamblea da permiso a los de San Juan de las Manzanas para lo que solicitan.

Sacramento, que ha permanecido en pie, con calma, termina de hablar. No hay alegría ni dolor en lo que dice. Su expresión es sencilla, simple.

-Pos muchas gracias por el permiso, porque, como nadie nos hacía caso, desde ayer el Presidente Municipal de San Juan de las Manzanas está difunto.

3. Tipo de texto: Es un texto narrativo por tener acciones en secuencias ordenadas de manera lineal que cuentan sus personajes y éstas transcurren en un lapso de tiempo a lo largo del relato. Además posee una introducción, un nudo y finalmente el desenlace de una historia breve características básicas de un cuento, como también hace uso de adjetivos precisos para hacer énfasis en la frase y captar la intensidad del relato, ejemplo: “mientras se atusa los enhiestos bigotes”. Del mismo modo hace uso de metáforas como:Sacramento habla sin que se alteren sus facciones. Pudiera creerse que reza una vieja oración, de la que sabe muy bien el principio y el fin”.

4. Macroreglas

Supresión: Pero somos civilizados, tenemos instituciones; no podemos hacerlas a un lado. En esta frase se presenta la eliminación total del pronombre en primera persona del plural “nosotros” porque de igual manera al ver el verbo conjugado no es relevante para el entendimiento de la idea hacer mención del pronombre.

Selección: Una mano jala el brazo de Sacramento. Uno de sus compañeros le indica algo. En esta frase igual que en la regla de supresión hace falta un elemento lingüístico, pero este no es imprescindible para la comprensión del texto, en este caso hace falta un conector “entonces” para enlazar la frase que sigue después del punto seguido.

Generalizar: Todos los brazos se tienden a lo alto. También las de los ingenieros. En esta frase se muestra como se generaliza la acción de levantar los brazos todas las personas que están en el recinto, y se asume que todos los brazos de la primera parte mencionada hacen alusión a -todos los brazos de los campesinos- y además los de los ingenieros.

Construir o Integrar: Como nos tomaron desprevenidos, que andábamos en la faena, no pudimos evitarlo. En esta frase se explica que los políticos aprovecharon el momento de celebración que tenían los campesinos e hicieron actos corruptos como el hurto de las mujeres acción que ya se había mencionado y que se recalca en esta frase, pero de manera más compacta sin alterar el sentido de coherencia y cohesión del párrafo.

5. Acciones principales, metas:

La meta subordinada del cuento es la asamblea que se hace en el pueblo para darle voz a los campesinos con el fin de escuchar sus quejas y peticiones: Los de abajo se sientan con solemnidad, con el recogimiento del hombre campesino que penetra en un recinto cerrado: la asamblea o el templo.

Segunda meta: Ahora, el turno es para los de abajo. El presidente los invita a exponer sus asuntos.

Tercera meta: Parece que sólo va a dirigirse a él; que los demás han desaparecido y han quedado únicamente ellos dos en la sala.

Cuarta meta: Ahora interviene el presidente. Surge en él el hombre del campo. Su voz es inapelable.

Quinta meta: Se pone a votación la proposición de los compañeros de San Juan de las Manzanas.

Sexta meta: La asamblea da permiso a los de San Juan de las Manzanas para lo que solicitan.

La meta superordinada: Justificar la muerte del presidente Municipal en manos de los campesinos por falta de justicia y mal funcionario de parte del político y su gente: -Pos muchas gracias por el permiso, porque, como nadie nos hacía caso, desde ayer el Presidente Municipal de San Juan de las Manzanas está difunto.

6. Funciones de la repetición

Función conversacional: Esta función se ve representada en los diálogos de los personajes en donde se da mayor énfasis en al relato -No, compañero, no es absurda. Absurdo sería dejar este asunto en manos de quienes no han hecho nada, de quienes han desoído esas voces.- Esta conversación es la que sostienen los ingenieros para tratar de entender la petición de Sacramento, es la voz del presidente de la asamblea, quien también fue hombre de campo como se menciona anteriormente en el cuento.

Funciones étnicas: Se presenta esta función cuando el autor hace una descripción detallada de la conversación que sostienen los campesinos antes de empezar en forma el debate en la asamblea. -Hablan parcamente y las palabras que cambian dicen de cosechas, de lluvias, de animales, de créditos. Muchos llevan sus itacates al hombro, cartucheras para combatir el hambre.- Aquí el escritor da a conocer los temas de mayor interés para los campesinos de la zona agraria.

7. Macro estructura, Superestructura

Macro estructura: La justicia en manos de los campesinos del pueblo por causa de la corrupción de sus dirigentes.

Superestructura: Orden coherente y temática tanto individual como en cohesión con los párrafos siguientes que domina en cada uno de las frases y párrafos del relato, los cuales tienen conexión tanto con el anterior como con el siguiente de manera lineal manteniendo la idea principal de manera moderada en cada parte del relato.

- Párrafo 1. La corrupción de la política

- Párrafo 2. Descripción del dirigente (El Presidente)

- Párrafo 3. Reunión del consejo agrario

- Párrafo 4. Inicio de la reunión

- Párrafo 5. Exposición de las ideas

- Párrafo 6. Duda y miedo de los campesinos de hablar

- Párrafo 7. Nervios y presión de Sacramento para exponer las quejas

- Párrafo 8. Queja directa contra el Presidente Municipal

- Párrafo 9. Corrupción que afecta a los campesinos

- Párrafo 10. Asesinato del hijo de Sacramento

- Párrafo 11. Firmeza y fuerza de Sacramento

- Párrafo 12. Inoperancia del Presidente Municipal

- Párrafo 13. Desenmascarar al político y a sus acompañantes

- Párrafo 14. Sacramento reclama y exige justicia

- Párrafo 15. Deliberación de la situación entre los ingenieros

- Párrafo 16. Solidaridad del presidente de la asamblea con los campesinos

- Párrafo 17. Identificación del presidente de la asamblea con los campesinos

- Párrafo 18. Decisión de la propuesta de justicia

- Párrafo 19. Veredicto final

- Párrafo 20. Justicia anticipada

8. Inferencias

Inferencia basada en la explicación: La diferencia social y cultural entre los políticos y los campesinos.

Inferencia meta: “Sacramento” el personaje principal del relato quiere hacer justicia con sus propias manos.

9. Categorías de los personajes

Personaje principal: Sacramento

Personajes secundarios: Los campesinos, los ingenieros

Ayudante: El presidente de la asamblea

Oponente 1. Los ingenieros y políticos

Oponente 2. El presidente Municipal de San Juan de las Manzanas

Instrumento relevante en el relato: El sombrero de Sacramento

10. Nivel gramatical

Juerga: (la última juerga) Sustantivo femenino abstracto. Fiesta, reunión folclórica.

Muchacha: (la muchacha que debutó) Sustantivo femenino propio. Chica o mujer de edad joven.

[2]Ejidatarios: (ejidatarios congregados) Sustantivo neutro propio. El artículo 12 de la Ley Agraria define a esta figura como "los hombres y las mujeres titulares de derechos ejidales". México.

Jijos: (Estos jijos son irredimibles) Sustantivo masculino común. [3]Hijo de la chingada o jijo de la chingada. Expresión grosera injuriosa o de desprecio, que equivale a malvado, malévolo, que realiza acciones malintencionadas.

Enhiestos: (mientras se atusa los enhiestos bigotes) Adjetivo calificativo

Paliacate: (saca un paliacate y se suena las narices) Sustantivo masculino individual, [4]1. m. Méx. Pañoleta (‖ prenda que se pone al cuello).

[5]Itacates: (Muchos llevan sus itacates al hombro) Sustantivo masculino contable, itacate. (Del náhuatl itacatl 'provisión; mochila', de ita- 'dentro; barriga'.) m. Provisión de comida. || Sólo el que carga el itacate sabe lo que lleva dentro. Ref. Quien tiene problemas íntimos los conoce mejor que los demás. Compárese morral.

Crioque: (Yo crioque Jilipe sabe mucho) “Creo que” locución verbal informal usada en México y demás países de Latinoamérica, empleada por los campesinos y personas de zonas alejadas de las partes urbanas de la ciudad.

Jilipe: (Yo crioque que Jilipe) Nombre propio, variación en la pronunciación de “Felipe” según la zona donde se presenta la comunicación, muy común en América latina entre los hablantes con escaso nivel educativo y social.

Idiolectos: son las costumbres y modos de hablar que tiene cada individuo, por ejemplo, la persona del relato (un campesino llamado Sacramento) que habita en una zona rural dice: “Yo crioque que Jilipe” en lugar de: “Yo creo que Felipe”. [6]Por otra parte, los individuos para vivir se agrupan con otros seres semejantes que por el hecho de vivir en constante relación, sufren influencias mutuas que dan por resultado una cierta uniformidad en sus actividades, en sus gustos, en sus diversiones y, sobre todo, en su forma de hablar. Este fenómeno llega a ser tan evidente que a una persona se le puede conocer como miembro de un determinado grupo social simplemente escuchando la forma como se expresa.

Ora: (Ora tú Juan) Conjunción distributiva, Locución verbal usada principalmente en México, apocope de “Ahora”, véase también “órale”

Pos: (pos que le toque a Sacramento) Conjunción apocopada de “Pues”, interjección coloquial usada principalmente en México.

Ándale: (ándale, levanta la mano…) [7]Andar: ¡ándale! (De anda + -le.) 1. loc. Anímate a hacerlo (véase ¡ándele!). || 2. adv. Sí. || andar alguien busque y busque. Loc. Estar buscando con ahínco. || andar alguien deatiro. Estar triste o pobre (compárese tiro). || andar alguien volando bajo. Estar triste. || ¡ándele! (De anda + -le.) 1. loc. Anímese a hacerlo. || 2. adv. Sí. Para el primer sentido, véase esta octavillla de José Sánchez Somoano: "Para animar allí a alguno / que no peque de atrevido, / lo mismo para negocios / que para pegarse un tiro, / como palabra suprema, / en uno y otro sentido, / para decirle 'Pronto' / le dicen 'Ándele amigo'". | Poco a poco se anda lejos. Con paciencia y constancia se logra lo que se pretende. || ya me (le) anda. Loc. Tengo (tiene) prisa.

Órale: (órale párate) [8]ora. (De ahora.) adv. Ahora. || ¡órale! (De ahora + -le.) interj. que exhorta al trabajo, a la actividad, a animarse. || ¡órale, pues! 1. interj. que exhorta al trabajo, a la actividad, a animarse. || 2. interj. De protesta. | A l'ora de l'ora. loc. coloq. En esos momentos, en el momento crucial.

Colindaban: (Primero les quitó sus tierritas a Felipe Pérez y a Juan Hernández, porque colindaban con las suyas) Verbo conjugado en imperfecto del modo indicativo tercera persona del plural. [9]Colindar (De co- y lindar).1. intr. Dicho de dos o más fincas: Lindar entre sí.

Los rasgos relativos a los posesivos se ha documentado fundamentalmente en México y consiste en la duplicación del posesivo mediante un sintagma preposicional del tipo: sus tierritas a Felipe Pérez y a Juan Hernández. Esta duplicación tiene un significado de habitualidad, de rasgo que caracteriza al poseedor. Así, es habitual y característico de Felipe Pérez y Juan Hernández el hecho de que tenga tierras (no se diría de un alguien que apenas tiene una sola o inicia en el negocio de la compra de terrenos).

Pa: (pa la restitución), preposición apocopada de “para”, forma coloquial usada en México y otras partes de Latinoamérica como Colombia, Venezuela, Perú entre otros países, empleadas de una manera informal y de bajo nivel social.

Quesque: (nos acusó quesque por revoltosos) Variación de “Que disque por”, manera informal usada en México y demás países de Latinoamérica, empleada por los campesinos y personas de zonas alejadas de las partes urbanas de la ciudad. Esta variación del habla se produce por economizar la comunicación, además debido a que el fonema /d/ fricatizado en posición intervocálica resulta más complejo de pronunciar para cierto tipo de hablantes que carecen de nivel educativo y social, en este caso por presentar una consonante velar /k/ antes y después del fonema /d/.

Intelige: (que le intelige a eso de los números), Verbo conjugado en el presente del subjuntivo, antepuesto por la conjunción “que”. [10]Inteligir. (Del latín intelligere, intellegere 'percibir, entender', de inter- 'entre' + legere 'recoger, escoger'.) tr. Entender, comprender.

Verdá: (pos hizo las cuentas y no era verdá:) Adverbio de modo, en el cual se produce una supresión en el fonema final /d/ fricatizado en posición intervocálica como ocurre en otras palabras analizadas en este mismo texto. Se presenta la misma variación en la palabra “usté:” en donde se muestra un alargamiento y énfasis en la pronunciación de la vocal /a/ palatal y en posición de contacto con vocales y todas las consonantes no velares.

Usté: (si viera usté) pronombre en segunda persona singular apocope de “usted”, forma coloquial e informal usada en América latina (México, Colombia, Venezuela, Ecuador, entre otros) por las clases obreras o trabajadoras, especialmente de las zonas campesinas o las personas de bajo nivel social y cultural.

Enturbió: (Había tomado y se le enturbió la cabeza) Enturbiar, verbo conjugado en tercera persona del singular en presente del modo subjuntivo.

Milpas: (se iban a secar las milpas y la congregación…) [11](Del náhuatl milpa 'lugar de sementera', de milli 'sementera, terreno sembrado' + -pa 'en, lugar'.) f. 1. Maizal, terreno sembrado de maíz. || 2. Terreno cultivado. | estarle a uno lloviendo en su milpa (o milpita), o lloverle a uno en su (o: en la) milpa. locs. 1. Le va bien en sus asuntos. || 2. Le caen desgracias con frecuencia.

Tantita: (que nos diera tantita agua) [12](De tanto 'cantidad indeterminada'.) adv. 1. Un poco. || 2. Un poco de tiempo.

Forma usada principalmente en México y algunas zonas de Centroamérica.

Hasta de golpes: (porque hasta de golpes le dieron) Locución conjuntiva intensificadora, “de”. Muy empleada cotidianamente en el habla como refuerzo de la palabra siguiente en este caso “golpes” como centro principal de la frase, usado en zonas rurales de México como elemento de su expresión característica del habla grupal. Este intensificador se observa de manera constante en las frases del relato mexicano con el mismo significado de refuerzo de las expresiones del campesino que se está contando la historia y poniendo la queja sobre el robo de las tierras en su zona.

De a deveras: (y se alborotó la gente de a deveras) [13]deveras: de a deveras, véase veras. Veras: de a de veras o de a deveras. loc. De veras, con verdad. Expresión coloquial mexicana que indica certeza de algo, usada en la mayor parte del país centroamericano, pero en las clases obreras y trabajadoras. En el relato esta expresión es de uso informal ya que el hablante “Sacramento” la emplea en el momento de explicarle al ingeniero lo que ocurrió con las tierras y la queja que tenía sobre “El Presidente Municipal”, en el relato se muestra la expresión como un registro de habla ya que es usada en una ocasión de intimidad con los demás oyentes-hablantes de manera cotidiana, pero en este caso el hablante hace uso de ella también debido a que estaba tratando de ser sincero y persuadir al ingeniero sobre su historia.

11. Figuras retóricas:

Anáforas: (Del lat. anaphŏra, y este del gr. ἀναφορά, repetición).

2. f. Ling. Tipo de deixis que desempeñan ciertas palabras para recoger el significado de una parte del discurso ya emitida; p. ej., en lo dijo que había estado, pero no me lo creí.

3. f. Ret. Repetición (‖ figura retórica). [14]

- Párrafo 1. Ellos, redimirlos, incorporarlos, limpiándolos, usted, estos, jijos, nosotros, les, todo eso.

- Párrafo 2. Ingenieros, quienes, él, aquello.

- Párrafo 3. Los de abajo, la asamblea, muchos, algunos, otros.

- Párrafo 4. El presidente, su retintín, los murmullos, ingenieros, los ejidatarios, los estimulan, ayudarlos, nosotros.

- Párrafo 5. Los de abajo, el presidente, otras, unos, otros.

- Párrafo 6. Todos, les, un grupo, unos, otros, tú, ándale.

- Párrafo 7. La mano, la ve, el presidente, otras, al viejo, los cinco dedos morenos, el sombrero, él, ése, la palabra, lo.

- Párrafo 8. El ingeniero, sus ojos, la mesa, él, los demás, ellos dos, la sala, nos, les, suyas, los, Presidente Municipal.

- Párrafo 9. Nos, nosotros, sus tierras, siñor, las cuentas.

- Párrafo 10. Sus palabras, siñor, el muchacho, Presidente Municipal, Me lo, con la cara destrozada.

- Párrafo 11. Él, el ingeniero, el mismo, el extremo de la mesa.

- Párrafo 12. Poca, Presidente Municipal, la congregación, buscarlo, nos, nosotros.

- Párrafo 13. Uno de sus compañeros, le, el recinto, todo esto, lo del agua, lluvias, Presidente Municipal, gente mala, nos, evitarlo, se las llevaron, Lupita, la hija de Crescencio, las muchachas.

- Párrafo 14. La voz de Sacramento, en ella, nos, aquí, ustedes, la mirada, la detuvo, quien, les, El Presidente Municipal, su.

- Párrafo 15. Los, el presidente, los ingenieros, compañero, este asunto, quienes, nuestra, ellos, nosotros, mí, ellos, la propuesta, usted, estos tipos, una petición como ésta.

- Párrafo 16. El presidente, él, su voz, la asamblea, la.

- Párrafo 17. Se, al auditorio, su voz, la misma, el monte, la tierra, los suyos.

- Párrafo 18. Se, la proposición, los compañeros de San Juan de las Manzanas, los, les, Presidente Municipal.

- Párrafo 19. Se, los ingenieros, una sola mano, la asamblea, lo.

- Párrafo 20. Lo, nadie, nos, el presidente de San Juan de las Manzanas.

Catáforas: (Del gr. καταφορά, que lleva hacia abajo).

1. f. Ling. Tipo de deixis que desempeñan algunas palabras, como los pronombres, para anticipar el significado de una parte del discurso que va a ser emitida a continuación; p. ej., esto en lo que dijo es esto: que renunciaba.[15]

- Párrafo 1. El estrado, los ingenieros, su atención, la muchacha, esos hombres, una asamblea, nuestra civilización, usted, además, nuestros esfuerzos, usted, las tierras, el crédito, los abonos, una nueva técnica agrícola, maquinaria.

- Párrafo 2. Ahora, un paliacate,.

- Párrafo 3. Hombre campesino, un recinto cerrado, las palabras.

- Párrafo 4. La campanilla, primero, los problemas agrarios.

- Párrafo 5. Ahora, una mano, el cacique, el crédito, la escuela, el agua.

- Párrafo 6. Allí, cuchicheos, quién, Jilipe, tú, Juan, un viejo, Sacramento.

- Párrafo 7. El sombrero, la mano, la mesa, la voz.

- Párrafo 8. Los de San Juan de las Manzanas, una queja, el Presidente Municipal.

- Párrafo 9. Una vieja oración, las cuentas, los préstamos, Crescencio, señores de México.

- Párrafo 10. M’ijo siñor.

- Párrafo 11. Su mirada.

- Párrafo 12. Las milpas, nuestras siembras.

- Párrafo 13. Lo del sábado, los suyos, dos muchachas.

- Párrafo 14. La voz, nadie, ustedes.

- Párrafo 15. Nuestra justicia, instituciones, la barbarie, los actos fuera de ley, petición, votación.

- Párrafo 16. Ahora, la responsabilidad.

- Párrafo 17. Voz campesina.

- Párrafo 18. Permiso, la mano.

- Párrafo 19. Los brazos, cada dedo.

- Párrafo 20. Su expresión.

Metáforas presentes en el relato:

- Sacramento habla sin que se alteren sus facciones. Pudiera creerse que reza una vieja oración, de la que sabe muy bien el principio y el fin.

- Sacramento habla sin énfasis, sin pausas premeditadas. Es como si estuviera arando la tierra. Sus palabras caen como granos, al sembrar.

- La nuez de la garganta de Sacramento ha temblado. Sólo eso. Él continúa de pie, como un árbol que ha afianzado sus raíces.

- Trata de hallarle sitio al sombrero. El sombrero se transforma en un ancho estorbo, crece, no cabe en ningún lado.

Onomatopeyas:

(Del lat. tardío onomatopoeia, y este del gr. ὀνοματοποιΐα).

1. f. Imitación o recreación del sonido de algo en el vocablo que se forma para significarlo.[16]

- Retintín

- Cuchicheos

12. Diálogos y descripciones: En el texto se presentan veintisiete (27) diálogos tradicionales que implican más realismo al relato, pero son introducidos por el narrador omnisciente que cuenta la historia y no participa de ella, tiene un foco cero ya que sabe perfectamente todo lo que ocurre, pero en ningún momento aparece como personaje ni como testigo. Además el texto tiene una estructura descriptiva debido a que el autor intenta mostrar la vida de un grupo de campesinos agrarios, su nivel social, sus pensamientos, sensaciones y muestra de manera clara el contraste que existe con los dirigentes o políticos.

Se encuentran descripciones como:

Las descripciones en este relato son usadas como adjetivos para darle mayor énfasis a la frase, es un recurso muy típico del cuento en donde una de las características principales es usar un adjetivo preciso para la palabra.

1. Bromas incisivas

2. Chistes gruesos

3. La última juerga

4. La casa de recreo

5. Ejidatarios congregados en una asamblea

6. Los enhiestos bigotes

7. Se suena las narices ruidosamente

8. La rugosidad de sus manos

9. Hombre campesino

10. Fuman, sosegadamente, sin prisa

11. El bosque de hirsutas cabezas

12. La voz del presidente salta, autoritaria, conminativa

13. Hartos intereses

14. Mala idea

15. Árbol que ha afianzado sus raíces

16. Malas lluvias

17. Mal año

18. Malas razones

19. Más lluvias

20. Gente mala

21. Muy malas condiciones

22. Tan mala autoridad

23. Decisión ominosa

24. Justicia primitiva

25. Menos daños

26. Voz campesina

27. Expresión sencilla

28.

BIBLIOGRAFÍA

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[1] http://www.ucm.es/info/especulo/numero24/valades.html, visitado el día 12 de junio de 2011.

[2] INSTUTO NACIONAL DE ESTADISTICA Y GEOGRAFÍA, México.

[3] GOMÉZ DE SILVA, Guido. Diccionario breve de mexicanismos. 1a edición., México, FCE, 2001.

[4] DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición, 2001.

[5] GOMÉZ DE SILVA, Guido. Diccionario breve de mexicanismos. 1a edición., México, FCE, 2001.

[6] HUERTA HURTADO, María de Jesús. GARCÍA NÚÑEZ, Roberto. Un acercamiento a la variación lingüística. Universidad de Guadalajara, México. 2006. (Vía internet) http://sincronia.cucsh.udg.mx/garciainvierno06.htm.

[7] Ibíd.

[8] GOMÉZ DE SILVA, Guido. Diccionario breve de mexicanismos. 1a edición., México, FCE, 2001.

[9] DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición, 2001.

[10] GOMÉZ DE SILVA, Guido. Diccionario breve de mexicanismos. 1a edición., México, FCE, 2001.

[11] Ibíd.

[12] Ibíd.

[13] Ibíd.

[14] DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición, 2001.

[15] DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición, 2001.

[16] DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición, 2001.

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